– La palabra de Dios nos estimula y inspira nuestra fe. La fe viene por el oír la palabra de Dios. La palabra de Dios trae claridad y comprensión en los momentos de perplejidad y confusión. La palabra de Dios trae un mensaje de paz.
– La palabra de Dios da estabilidad a nuestras vidas. Cuando construimos nuestras vidas sobre la palabra de Dios podemos enfrentar cualquier tormenta y seguir siendo fuerte y estable.
– La palabra de Dios nos da una seguridad y una garantía de cumplimiento. Jesús dijo que incluso si el cielo y la tierra pasarán, Sus palabras nunca pasarán. Podemos confiar en Sus promesas con la plena seguridad de que Él cumplirá lo que ha prometido.
– La palabra de Dios nos da consuelo y tranquilidad en momentos de dolor y angustia. Nos da descanso y paz dentro de nuestro corazón. Nos da la esperanza y seguridad de la presencia y asistencia de Dios.
– Tenemos que vivir por la palabra de Dios, de lo contrario vamos a perecer, como está escrito: “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento.”
(Os: 4-6)
– Tenemos que entender que la palabra de Dios es nuestro sustento. Vivimos de toda palabra que sale de la boca de Dios. Es ella que nos da la fuerza para enfrentar las realidades y dificultades de la vida. Por lo tanto, debemos prestar mucha atención a lo que el Señor nos está diciendo.
“Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón.”
(Dt 6:6)